Llamar «gallina» a otra persona ya ha dejado ser sinónimo de «cobarde». Al menos, esto fue lo que demostraron unas valientes gallinas que decidieron ponerle fin a los ataques de un zorro que las acechaba todo el tiempo y las mantenía con las «plumas» de punta.
El singular alboroto, que terminó con la muerte del zorro, se desató en una granja de una escuela francesa en Le Gros Chêne, en Bretaña, donde las aves acabaron a picotazos con el depredador. Según informa la agencia AFP, se trató de un ataque instintivo en masa.