El origen de los zombis se remonta a Haití, al vudú y a los esclavos negros, pero también a Angola y el Congo. ¡Y se han arrastrado hasta hoy en día!
Las criaturas del momento, los zombis, se han convertido en uno de los monstruos favoritos de mayores y pequeños, conquistando grandes espacios en cómics, cine, videojuegos y televisión, lo cual demuestra su indiscutible popularidad y hace de ellos, tal vez junto a los vampiros, las criaturas de pesadilla más recurrentes de nuestra cultura.
Pocos, sin embargo, conocen la historia real de los muertos vivientes, y saben cómo han llegado a ser los de ahora. Aquí te presentamos algunas claves para informarte al respecto y sepas a qué te enfrentas cuando vayas al cine o enciendas la televisión.
Zombi, Nzambi, Nvumbi, Nsumbi
Existen en lengua africana múltiples vocablos de donde podría nacer la palabra “zombi”.
En congolés, angolés, o incluso en lengua yoruba, todas tienen en común su utilización para un espíritu maligno, un demonio que habita los cuerpos de los humanos o, también, para los cuerpos despojados de alma que los habite.
Un rastro que es posible seguir hasta la América colonial y en especial a regiones como el Caribe, tanto hispano como francés, donde fueron a dar los esclavos trasladados por los conquistadores europeos y, con ellos, sus distintas formas de religión.
Allí un proceso de sincretismo entre éstas y las tradiciones católicas arrojó como resultado el vudú, la santería y las diversas formas místicas de expresión que aún sobreviven.
La raíz, propiamente, del fenómeno de los zombis se supone remonta hasta el Haití de la colonia, donde la tradición del vudú tenía un amplio despliegue entre la peonada esclava de las haciendas algodoneras, después de que la isla fuera arrebatada a los españoles por Francia durante el siglo XVII.
No es casual la consideración de Haití como punto de partida del mito, pues esta sociedad mayoritariamente negra presenció a finales del siglo XVIII una violenta rebelión de los esclavos, inconformes por su exclusión de las conquistas de la lucha independentista, en lo que se llamó la Revolución Haitiana y que tuvo como instante inicial una concentración en Bois-Cayman donde el sacerdote vudú Dutty Boukman ofreció una ceremonia. Bajo su guía, la rebelión asaltó el poder, masacró a todos los blancos y destruyó todas las haciendas que eran símbolo de la opresión.
Los zombis como fenómeno de masas
Esta breve historia haitiana no es casual en el origen de los zombis. Existen numerosos relatos de la época, usualmente de blancos como Spencer St. John, que documentan la presencia de jóvenes negros sacrificados y luego resucitados mediante pócimas de magia negra, puestos a trabajar en los campos sin ofrecer la más mínima resistencia.
He allí las primeras menciones del zombi en la cultura occidental, que luego ocuparía un lugar predominante en los relatos poscoloniales, versionados mucho después en películas como I walked with a zombie (de Jacques Tourneur, 1943).
Estos primeros relatos tenían en común la idea de que los negros, resentidos, podían infectar con su magia a los amos blancos y, después de robarles su voluntad, convertirlos en zombis que trabajaran la tierra a su lado.
Una explicación científica
Wade Davis, etnobotánico y antropólogo de la Universidad de Harvard, se avocó en 1982 a descubrir el secreto detrás del mito de los zombis. Sus investigaciones lo condujeron a Haití y a Clairvius Narcisse, un hombre negro dado por muerto clínicamente en 1962, y fue luego encontrado en 1980, vivo, trabajando como peón en una plantación.
Se decía que había sido convertido en zombi por un sacerdote vudú contratado por su hermano, enemistados como estaban por asuntos de negocios y de herencia.
El relato, por escabroso que parezca, tenía su explicación razonable, y Davis dio con ella al analizar una muestra de la supuesta pócima vudú.
La mezcla contenía márgenes altísimos de una sustancia llamada tetrodotoxina, un neurotóxico rápido y letal hallado en algunas especies marinas como el pez Globo.
Esta sustancia le permitía a los sacerdotes dar por muerta a la víctima, paralizada a niveles de vida imperceptibles y luego desenterrarla, alimentarla con una pasta alucinógena elaborada con batata, jarabe de azúcar y extracto de una planta local, llamada apropiadamente Pepino de zombi.
Con este compuesto lograba revivir el cuerpo, aunque manteniéndolo en un estado de desorientación y confusión, amnesia y pérdida de la voluntad, semejante a los efectos de la llamada burundanga o escopolamina. De esta manera se llevaba a cabo el supuesto embrujo y se fabricaban esclavos.
Ahora conoces la historia secreta detrás de la historia de los zombis…