Decirlas a menudo es señal de molestia, nunca son bien recibidas y, según quién las diga, son bastante criticadas. Las palabrotas o malas palabras son expresiones bruscas consideradas ofensivas por la mayoría de personas.
Pero no todo es negativo, puesto que,según estudios científicos, decirlas no solo produce un alto impacto alrededor, sino que también puede aumentar la fuerza de quien las diga.
Estudio a favor de las palabrotas
Este resultado fue obtenido en un estudio que realizó la Sociedad Psicológica Británica. Reunió a personas de 19 y 20 años y les pidieron que dijeran palabrotas y palabras normales, de manera repetitiva. Para pronunciar ambas debían utilizar un tono de voz pasivo.
En total se realizaron dos experimentos. Por un lado, se estudió cómo afectaba decir palabrotas mientras una persona hacía ejercicio sobre una bicicleta. El resultado fue sorprendente. La persona que decía estas palabras mientras hacía algún ejercicio elevó su potencia unos 24 vatios.
En el segundo experimento, los investigadores midieron con un aparato la fuerza de agarre de los participantes durante un período de 10 minutos. Descubrieron que las personas que decían palabrotas aumentaron su fuerza.
Otros beneficios de las malas palabras
Los resultados no fueron motivo de sorpresa para los investigadores, porque ya hace un tiempo que se descubrió que las palabrotas ayudan a que las personas toleren más el dolor.
Para uno de los investigadores, el Dr. Stephens, esto se debe al impacto que causan en las personas las palabrotas. Es tal que ayuda a aliviar o reforzar otros aspectos.
Tras todo lo expuesto, podemos llegar a la conclusión de que las personas que suelen utilizar las malas palabras con el único objetivo de expresar molestia, gracias a la ciencia, tienen ahora razones mucho más lógicas para decirlas.