Muchos hombres sienten placer al ser penetrados por sus mujeres. Entérate aquí de qué es el punto P y de cómo se consigue el climax con él. Otro tabú que superar.
La revolución sexual de los años 60, que tuvo su origen con el famoso Estudio de la Sexualidad Humana, de Masters y Johnson, literalmente desnudó a miles de parejas, para lograr una mayor comprensión de los fenómenos que rodean la respuesta fisiológica de las personas ante el estímulo erótico.
Sin embargo, aún queda mucho por explorar. No hace mucho tiempo que se descubrió el verdadero tamaño del clítoris, órgano responsable del orgasmo femenino, confirmándose la existencia del famoso punto G, que en realidad es una zona interna del mismo clítoris.
La puerta trasera, entrada prohibida
Otro de los tabúes que ya fue parcialmente derribado es el del sexo anal, que ha dejado de ser una práctica exclusiva de parejas homosexuales y ha demostrado ser una gran fuente de placer para hombres y mujeres… aunque siempre y cuando el ano del hombre no participe en el juego.
Pero ¿que tan cierto será eso? En nuestra cultura hispana, sigue siendo tabú que el ano de un hombre sea tocado. Penetrarlo ni hablar. Aún se considera intocable la puerta trasera del placer masculino porque ese hombre queda bajo la sospecha de una latente homosexualidad. Lo más triste es que en muchos casos son las mujeres quienes condenan la afición que puede tener un hombre a ser penetrado por su pareja.
El punto P se encuentra dentro del cuerpo del hombre, en la parte trasera de la próstata, y la forma más fácil de tener acceso a ese punto es entrando por el conducto anal.
De modo que, aunque no puedan o quieran confesarlo, hay muchos hombres que disfrutan de la inversión de roles, acto sexual en que la mujer, valiéndose de un juguete sexual, penetra al hombre, causándole enormes placeres, porque el punto P es uno de los puntos capaces de dar más placer al hombre, si éste se ha liberado de los tabúes que le impiden disfrutarlo.
¿Un hombre que deja que una mujer lo penetre es homosexual?
Definitivamente no. La homosexualidad es la atracción por personas del mismo sexo, así que los hombres que disfrutan la inversión de roles simplemente están disfrutando de una forma de relación heterosexual. Además, muchas mujeres sienten enorme placer al tener la oportunidad de penetrar a su pareja.
El volverse gay es uno de los mayores temores de los hombres que sienten curiosidad por una práctica, pero en realidad se trata de un temor infundado, dado que el placer físico que se siente con la estimulación del punto P no implica de ningún modo que comiencen a resultarle atractivos otros hombres.
¿Conocías el punto P? Hay mucha gente que no se ha enterado, sería genial que lo compartieras en las redes sociales.