Los jóvenes con sordera deben aprender a vivir por cuenta propia para reforzar su autoestima y enfrentar sus retos. ¿Pero cómo lo hacen?
Ya de por sí es todo un reto asumir la independencia en la juventud, más aún cuando se viene de un hogar estable y seguro. Padres sobreprotectores, comodidades a las que es duro renunciar, inseguridades y problemas económicos… hay de todo. Pero es aún más difícil para los jóvenes sordos, quienes deben abrirse camino en un mundo pensado principalmente para quienes gozan de audición. ¿Qué opciones tienen realmente los jóvenes con sordera? ¿Qué retos seguramente enfrentarán?
Independencia y sordera, ¿incompatibles?
Ni mucho menos. Vivir por cuenta propia de manera productiva es perfectamente posible, y además deseable, ya que refuerza la autoestima, enfrenta al joven a sus retos individuales y le enseña a responsabilizarse de uno mismo, ya que mamá y papá no estarán allí para cuidarlo o hacer todo por él. Eso, claro, siempre y cuando se asuman los retos y se tomen las consideraciones necesarias.
A las dificultades comunes de todo joven, como falta de organización, mala gestión de los recursos o simplemente desidia y descuido, se suman en el caso de los jóvenes con sordera las dificultades comunicativas, lo cual engendra un enorme temor para sus familiares, pues sienten que no podrán enterarse a tiempo cuando se necesite su ayuda. Comprensible, pero nada más alejado de la realidad.
Lo cierto es que se trata siempre de un cambio radical y profundo, que entraña dificultades pero es mejor enfrentar con optimismo, con sed de aventura y, claro está, con preparación.
La tecnología como aliada
Más que nunca, en el mundo de hoy, hay diversas herramientas disponibles para lidiar con situaciones como ésta. Echémosle un vistazo a las principales recomendaciones:
- Equipar la casa.
Los sistemas de vibración son esenciales para ello. Argollas, relojes o incluso el smartphone deben estar configurados para avisar a través del tacto cuando alguien toque al timbre o el intercomunicador. Avisar a algún vecino o a la casera al respecto también es buena idea, o incluso poner algún aviso para vendedores, y así evitar situaciones difíciles. De todas maneras, tengámoslo claro, las habrá.
- Comprar un despertador vibrador.
Hay toda una gama de despertadores para sordos donde escoger en base a comodidad y diseño, pues estando solo resulta vital organizar los tiempos y no llegar tarde a los compromisos. Ser sordo no es excusa. Para los que estéis interesados, aquí tenéis más información sobre uno de los despertadores para sordos más populares.
- Configurar los electrodomésticos.
Cada vez hay más tecnología empática con quienes sufren de sordera y este es el momento de sacarle provecho. Configurar la TV, el DVD, el microondas y todos los artefactos posibles para incorporar señales luminosas y subtítulos serán un acierto para la nueva vida independiente.
- Aprovechar las plataforma 2.0.
No se trata de permanecer enclaustrado en casa. De hecho, uno de los retos necesarios de la independencia es lidiar a solas con el mundo circundante: ir al mercado, aprenderse las paradas del bus, etc. Pero también es cierto que el mundo 2.0 ofrece numerosos servicios, todos a través de texto escrito. Facebook, Twitter, etc., servirán para conocer gente nueva y averiguar información pertinente, pero también para pedir comida, comprar artefactos e incluso mantener informada a la familia.
- Integrarse a la comunidad.
Tanto la común como la especializada, es vital mantener lazos sociales positivos. Esto implica conocer a los vecinos y al encargado del edificio, pero también estar en contacto con la asociación o federación de sordos más cercana, para poder solicitar intérpretes para casos especiales y no depender exclusivamente de la familia para los trámites burocráticos y de otra naturaleza. Ser independiente, en fin, no significa estar radicalmente solo.
- Informarse.
Lo hemos listado al final pero en realidad es el primer paso a seguir: aprender lo máximo posible sobre las posibilidades, las dificultades, los gadgets y tecnologías del día y los lugares en que se habla el lenguaje de señas. Todos, pero especialmente los jóvenes con sordera, deben usar mapas, averiguar detalles por Internet y tener siempre encima la información necesaria, incluida alguna identificación que en caso de emergencia sirva para alertar a los demás de dicha sordera y para que puedan contactar a la familia o, en su defecto, a la asociación de sordos. Independizarse, más que una huida o una aventura, se trata de un cambio altamente planificado, que también requerirá mantener informada a la familia para poder funcionar como un equipo. Incluso si eso significa lidiar con miedos o sobreprotección.
La libertad, esa cuota de responsabilidades
Por último, conviene saber las consideraciones de rigor sobre la independencia, tanto para afectados de sordera como personas que escuchan: empezar una vida en solitario o con la pareja joven no es fácil, ni es la solución a los problemas de la convivencia familiar, ni entraña tampoco una liberación absoluta, sino cambiar unos problemas por otros.
Mudarse solo es emprender la aventura de construirse a uno mismo como adulto, por lo que enfrentar los problemas adulta y serenamente será siempre el camino correcto a seguir. Prever, atender los problemas a tiempo y tomar las elecciones pertinentes son requisitos clave para ello. Se debe recordar que no hay nada de malo en pedir ayuda o incluso, si la ocasión no deja escapatoria, en volver a casa y empezar desde cero.
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