En 1962 EE.UU provocó una explosión nuclear detonando una bomba de hidrógeno en el espacio exterior, a unos 400 km. por encima del Océano Pacífico.
El petardazo sin precedentes digamos que “iluminó” el cielo hawaiano como nunca antes y las gentes locales fliparon bastante, eso sí, parece ser que tuvieron la decencia de avisarles antes (no como al resto del mundo, cosas de la Guerra Fría), pero, ¿por qué detonaron una bomba nuclear en el espacio?, aquí está la historia.
Mucha explosión nuclear y poco cerebro
Según nos cuentan, el 1 de Mayo de 1958, James Van Allen anunció su teoría por la cual nuestro planeta estaría rodeado de cinturones de alta energía formados por protones y electrones principalmente, en lo que se conocería más adelante, en un alarde de originalidad sin precedentes, como los cinturones de Van Allen.
Van Allen era un tipo decidido, tanto es así que el mismo día de la conferencia dio su consentimiento para que el gremio militar se implicara en el proyecto, y, ¿por qué no?, lanzar bombas atómicas para ver si podían desbaratar los campos magnéticos terrestres.
Y esto, ¿con qué fin se hizo?, pues según nos cuentan, hubo cuatro fines específicos:
– Ver si la radiación de la bomba haría más difícil ver que había por allí arriba (vamos, para ver si podían ocultar otro tipo de misiles en la radiación provocada, para volar a los rusos cuando se pusieran tontos).
– Ver si la explosión afectaba a objetos cercanos.
– Ver si la radiación podría hacer que algún cinturón “cayera” sobre un punto específico y reventarlo, claro.
– Por último, comprobar si la explosión podría alterar estos cinturones (con dos cojones).
Lo más acojonante de la historia es la determinación, ya que para esto no hubo ni introducción teórica ni trabajo de despachos, simplemente se pensó, y se actuó, quizá también porque, en las fechas que hablamos, la carrera armamentística y espacial estaba en pleno auge, y eran tiempos locos en los cuales no se perdía perder ni un minuto viendo la teletienda.
Así pues, se pusieron manos y explosivos a la obra y lanzaron la nave en 1958. El día 9 de Julio de 1962, en lo que se llamó “Starfish Prime” se detonó la bomba, también conocida como “La Madre de Todos los Pepinacos” y se vio qué pasaba.
Por lo visto, la explosión nuclear produjo un pequeño efecto en la magnetosfera, ya que en Honolulu, además de flipar mandarinas con el mayor petardo jamás lanzado, hubo alguna consecuencia rarita, como que, durante unos segundos, las puertas de los garajes se abrían y cerraban solas y demás, pero claro, lo bonito estaba arriba, así que no demasiada gente se enteró de esto; ¿por qué?, sencillo, esta información era Top-Secret hasta hace bien poquito.