La lluvia tiene diversas formas de manifestarse: suele llover agua, granizo, tierra y animales. Sí, sí, has leído bien. En muchas ocasiones han caído animales del cielo.
Este extraordinario fenómeno ha ocurrido varias veces a lo largo de la historia y en diferentes partes del planeta, generando un sinfín de leyendas.
Aunque suene insólito, junto a la caída de ranas, la lluvia de peces la que se ha registrado con mayor frecuencia.
Como si de una lluvia normal se tratara, la caída de peces desde el cielo se produce – de acuerdo a los expertos – cuando un pequeño tornado aspira pequeños peces de un río, los transporta hasta una nube tormentosa para finalmente ser descargados junto a grandes precipitaciones.
De esta forma, las tormentas generan remolinos de agua que atrapa a los desafortunados animales en un tornado que los alza de la superficie directos al cielo para luego volver a caer al suelo.
Datos históricos sobre la lluvia de peces
En ocasiones los animales sobreviven al golpe, en especial los peces, lo cual hace pensar a los expertos que el tiempo entre su “despegue” y retorno al suelo es breve.
A veces caen completamente congelados. Se han dado casos en los que aparecen atrapados dentro de bloque de hielo, lo que demuestra que, durante el transcurso de su viaje, alcanzan alturas muy elevadas donde la temperatura es inferior a los 0°C.
Desde la antigüedad ha habido varios registros de lluvias de animales: en la Biblia el episodio más famoso es la lluvia de ranas, en una de las diez plagas de Egipto.
El autor griego Ateneo menciona una lluvia de peces que duró tres días en la región de Queronea, en el Peloponeso.
Si bien las más conocidas son las lluvias de peces, también se han producido lluvias de serpientes, como la ocurrida en Memphis, Estados Unidos, en 1877.
Y en el vecino estado de Maryland, específicamente en la localidad de St. Mary’s City, cayeron del cielo miles de canarios muertos.
Una lluvia de gambas sucedió en el sur de Sri Lanka en el 2012. En el año 1953 millares de ranas cayeron del cielo en Leicester, en Massachusetts, y el mismo fenómeno ocurrió en el 2007 en Alicante, España.
Mención especial merece la lluvia de peces que tiene lugar cada año en la localidad de Yoro, Honduras. De acuerdo a la cultura popular, Yoro lleva más de un siglo sufriendo una lluvia de peces al año, normalmente entre los meses de mayo y julio. Se desconoce el motivo, pero los vecinos, ya acostumbrados, recogen todos los peces que pueden y aprovechan para cocinarlos y degustarlos en casa.