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Las páginas de la historia que América latina sigue reescribiendo

Por mucho tiempo, la comunidad científica ha sostenido que África es la cuna del hombre, mientras que Asia dio origen a todas las civilizaciones antiguas. Pero con cada año que pasa, en el denominado Nuevo Mundo surgen increíbles hallazgos que datan de mucho más de lo que hasta ahora los textos nos han enseñado, cambiando radicalmente nuestras nociones en la medida que las preguntas adquieren sus respuestas, y dando pie a interrogantes aún mayores.

Una histórica vecindad

A lo largo y ancho del mundo podemos encontrar diversas y enigmáticas pruebas que nos muestran el paso del hombre sobre la tierra. Estas manifestaciones solemos hallarlas en lugares insólitos, como actualmente ocurre con el Gigante de Atacama, en el desierto más árido del mundo, ubicado en Chile. Pero en ocasiones, la historia y sus secretos se presentan justamente a un costado de nuestra casa. Esto fue lo que precisamente ocurrió con una primitiva huella fosilizada en una propiedad del barrio Pilauco, de la ciudad de Osorno, en el vecino país.

Según declaraciones de la paleontóloga Karen Moreno y el geólogo Mario Pino, el autor de la huella fue un hombre de aproximadamente 70 kg que caminaba descalzo por el lugar hace 15,600 años. Aunque otras pisadas aparecieron debajo de la casa, no se revelaron hallazgos a los alrededores, por lo que dedujeron que fueran destruidas en las construcciones. El afortunado hallazgo supera en antigüedad a las huellas de Monte Verde también en Osorno, mismas que inicialmente ostentaban la marca más alta datando desde hace 14,600 años.

Los primeros patagones de América

Diplodocus en una llanura
Diplodocus en una llanura (Dariusz Sankowski, Pixabay)

Una de las primeras cosas que notaron los europeos al llegar a la región más austral del mundo era las enormes huellas que dejaban los pies de sus habitantes, razón por la cual llamaron Patagonia a la indomable tierra de los hombres de pie grande. Sin embargo, cientos de millones de años antes, otros gigantes reinaban en estas tierras.

Los Titanosaurios como su nombre sugiere, comprende a los especímenes más grandes de todos dinosaurios, pacíficos herbívoros cuya existencia se situaba entre los 120 millones de años que gracias a sus colosales magnitudes pocos depredadores era capaces de atreverse a atacarles, si consideramos a ejemplares como el Argentinosaurus huinculensis con 33 metros longitud, 16 de altura, 67 toneladas de peso y el aún mayor Patagotitan mayorum de 40 metros de longitud, 20 metros de alto y 80 toneladas.

Aun así, este récord fue superado por el Ninjatitan Zapatai descubierto en 2014. Los restos, aunque pocos, sorprendieron a los científicos por su tamaño, y estado de conservación, estimándose en la especie una longitud de 20 metros y 140 millones de años de antigüedad, datando su existencia casi al principio de la era cretácica, convirtiéndolo en pieza clave de la línea evolutiva de los titanosaurios, y consolidando al mismo tiempo, al hemisferio sur como origen de este género.

El reto de encontrar la historia

Cueva con pasaje submarino
Cueva con pasaje submarino (Michael Behrens, Unsplash)

En ocasiones estos descubrimientos exigen ir a lo profundo de la tierra y sus aguas para desenterrar la historia oculta en ella. Este fue el caso de un grupo de científicos que encontraron en una cueva de la región de Antofagasta de la Sierra, ubicada al noreste de Argentina restos cabello, herramientas, así como huesos humanos y de megafauna que daban indicios de actividad humana hace 40.000 años según reporta BBC. Esto se confirmó a través de las pruebas de carbono 14, la más fiable en su tipo.

Este supera con creces a Eva de Naharon hallada en una cueva submarina, los cuales datan desde hace más de 13.000 años, siendo los más antiguos registrados en México. Ambos revelan la importancia de las cuevas como refugio, ante depredadores como los tigres dientes de sable, pumas y osos de gran tamaño, evidenciando las dificultades una época en la que la humanidad estaba aún lejos de ser la especie dominante.

Descubrimientos de este tipo son los que sorprenden al mundo debido a las dificultades físicas y tecnológicas que deben sortearse para sacarlos la luz. El ímpetu de estos investigadores es romantizado con personajes como Lara Croft de la serie Tomb Raider. La célebre arqueóloga nos lleva a la búsqueda de artefactos sobrenaturales ocultos por siglos en lugares míticos a través de películas, videojuegos y otros sectores del entretenimiento como el casino a gracias a la tragamonedas Lara Croft: temples and Tombs en Betway. Allí trataremos de desvelar poderes únicos combinando las reliquias piezas que nos abrieran la puerta a nuevos misterios, desde la tranquila seguridad de la pantalla de nuestro celular.

Por más fantásticas que nos parezcan aquellas leyendas que la ciencia oficial pasa por alto, muchas de ellas tienen un fundamento, que, por limitaciones de la época o la inexistencia de pruebas concluyentes, siguen esperando pacientemente por aquellos atrevidos que se decidan ahondar en sus secretos, hasta finalmente dar con la verdad.

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