La cuenca del río Amazonas, que abarca al menos cinco países, es un hervidero de hermosas y exóticas especies como estas… Mientras que el acuarista clásico suele tener peces dorados u otros peces de criaderos industriales, los más exigentes acuden a tales especímenes.
En América hay tal variedad de especies fluviales que muchísimas aún no han sido descubiertas y otras sencillamente no se adaptan a las condiciones de un acuario, por lo que se ha abandonado todo intento por criarlos. En cambio y por fortuna, otras se aclimatan maravillosamente a un ambiente controlado con la ayuda de algunos trucos.
Los cíclidos americanos y sus hermosos colores
En la gran familia de los peces hay un grupo llamado cíclidos. Todos son ovíparos y muy territoriales, y además tienen forma achatada lateralmente. Entre los más conocidos se encuentran los medialuna o escalares, nativos de aguas venezolanas y brasileñas, y cuya cría se ha extendido por todo el mundo.
Primos de los escalares pero mayores en tamaño y mucho más apreciados, entre otras cosas por su belleza y las dificultades para reproducirlos en cautiverio, son los peces disco, nativos de los mismos ríos, y que tienen un cuerpo muy similar al de sus parientes evolutivos, pero en vez de presentar las típicas aletas triangulares de aquellos, las tienen muy pegadas al cuerpo y les dan una forma casi perfectamente circular. De allí el nombre de pez disco.
A pesar de todas las dificultades, la belleza de los peces disco es tal, que los mejores acuaristas suelen tenerlos entre sus mascotas más preciadas.
El pez disco es considerado en Suramérica el rey de la acuariofilia y sólo los que mejor conocen el mundo del acuario se atreven a tenerlos en casa. Es difícil lograr su reproducción en cautiverio porque es casi imposible reconocer su sexo fuera de la temporada de celo y desove, de modo que la única manera de “asegurarse” de tener al menos una hembra o al menos un macho es comprar varios ejemplares y observar su comportamiento.
Imitar el hábitat natural es vital
Para mantener sano a cualquier animal en cautiverio es importante lograr una imitación lo más perfecta posible de su hábitat natural. Con los peces este reto es mayor porque éstos respiran, comen, se reproducen y se mueven en el medio acuático. Mientras algunos peces requieren aguas alcalinas, otros requieren aguas más ácidas.
Los ríos de la Amazonia en donde viven los peces disco son ricos en partículas de hierro, lo cual los suele hacer rojizos o negruzcos, y en general son aguas ácidas, producto de la fermentación del cieno selvático y de la presencia de raíces por todas partes. Lograr un hábitat apropiado para ellos y estéticamente viable para un acuario requiere manejar correctamente los niveles de acidez del agua sin sacrificar su transparencia.
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