Si en algo eran extremistas los antiguos griegos era en su afán de estar más bellos. En la Grecia de los tiempos remotos, tener el cabello rubio o castaño claro era digno de admiración, ya que la mayoría de los ciudadanos comunes eran de pelo oscuro.
Así que, para aclarar sus melenas, sobre todo las de las mujeres, optaban por un truco de belleza extremo y hasta mortal: el aclarado con extractos de plantas y arsénico, que hoy sabemos libera gases muy venenosos.